A veces hay tanto amor
por dar... sucede que es posible
contentar a los amantes y ellos no
deberían hacerse problemas como Rinaldo el esposo de Filipa...He aquí que en el hombre estos hechos resultan en la egolatría y en la mujer se trata de propagar la felicidad, tal como lo cuenta Bocaccio en su obra Decamerón (Sexta Jornada - Narración VII).
Doña Filipa, encontrada por su marido
con un amante, llamada a juicio, con una pronta y divertida respuesta consigue
su libertad y hace cambiar las leyes.
En la ciudad de Prato había antes
una ley que consistía en quemar a una mujer si ésta fuese encontrada por el
marido en pleno adulterio con algún amante, este fue el caso de Doña Filipa,
hallada una noche por Rinaldo de Pugliesi, su marido, en brazos de Lazarino de
los Guazzagliotri, joven hermoso y noble de aquella ciudad, Rinaldo aún
enfurecido se supo controlar, pues temía por sí mismo. Tomó valor y demandó a
su mujer para que la ley pratense se haga cargo y la mate.
Mucha gente le aconsejaba a
Filipa huir pero ella cual mujer firme y enamorada decidió presentarse en pleno
juicio, ella preferia morir con valiente animo que vivir vilmente huyendo, el
podestá (llamado asi al primer magistrado en ciudades del centro y norte de
Italia) observándola hermosísima y muy admirable en sus maneras y sus palabras
sintió compasión por ella, aun temiendo que fuera a confesar una cosa por la
cual él tendría que aprobar su muerte si quería conservar su reputación, le
dijo:
-Señora, como veis, aquí
está Rinaldo vuestro marido y se querella contra vos, a quien dice que ha
encontrado en adulterio con otro hombre, y por ello pide que yo, según una ley
dispone, haciéndoos morir os castigue; pero yo no puedo hacerlo si vos no confesáis,
y por ello cuidaos bien de lo que vais a responder, y decidme si es verdad
aquello de que vuestro marido os acusa.
Filipa sin amedrentarse y con voz
placentera, responde:
-Señor, es verdad que
Rinaldo es mi marido y que la noche pasada me encontró en brazos de Lazarino,
en los que muchas veces he estado por el buen y perfecto amor que le tengo, y
esto nunca lo negaré. Pero como estoy segura que sabéis, las leyes deben ser
iguales para todos y hechas con consentimiento de aquellos a quienes afectan;
cosas que no ocurren con ésta, que solamente obliga a las pobrecillas mujeres,
que mucho mejor que los hombres podrían satisfacer a muchos; y además de esto,
no ya ninguna mujer, cuando se hizo, le prestó consentimiento sino que ninguna
fue aquí llamada; por las cuales cosas merecidamente puede decirse que es mala.
Y si queréis en perjuicio de mi cuerpo y de vuestra alma ser ejecutor de ella,
a vos lo dejo; pero antes de que procedáis a juzgar nada, os ruego que me
concedáis una pequeña gracia, que es que preguntéis a mi marido si yo, cada vez
y cuantas veces él quería, sin decirle nunca que no, le concedía todo de mí
misma o no.
A lo que
Rinaldo, sin esperar a que el podestá se lo preguntase, prestamente repuso que
sin duda alguna su mujer siempre que él la había requerido le había concedido
cuanto quería.
-Pues
-siguió rápidamente la señora- yo os
pregunto, señor podestá, si él ha tomado de mí siempre lo que ha necesitado y
le ha gustado, ¿qué debía hacer yo (o debo) con lo que me sobra? ¿Debo
arrojarlo a los perros? ¿No es mucho mejor servírselo a un hombre noble que me
ama más que a sí mismo que dejar que se pierda o se estropee?
Estaban allí para semejante interrogatorio de
tan famosa señora casi todos los pratenses reunidos, los cuales, al oír tan
aguda respuesta, enseguida, luego de mucho reír, a una voz gritaron que la
señora tenía razón y decía bien; y antes de que se fuesen de allí,
exhortándoles a ello el podestá, modificaron la cruel ley y dejaron que
solamente se refiriese a las mujeres que por dinero faltasen contra sus
maridos. Por la cual cosa Rinaldo, quedándose confuso con tan loca empresa, se
fue del tribunal; y la señora, alegre y libre, del fuego resucitada, a su casa
se volvió llena de gloria.
Habiendo
leído la historia y Filipa logrando modificar la ley entonces vamos con la conclusión:
Moraleja: Haz feliz a tu mujer y si no puedes hacerla feliz déjala
ser feliz y hacer feliz al mundo xD
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