La infografía es una
representación gráfica de la información, y cuenta con la capacidad de mostrar
contenido de un modo atractivo, visual y esquemático. Es una técnica de elaboración de imágenes mediante
procedimientos informáticos. A través del tiempo han ido evolucionando de
estáticas infografías animadas hasta llegar a ser infografías interactivas.
La interactividad hará que
el sujeto receptor sea parte activa de un proceso de asimilación de
información, para ello no solo hay que centrarse en la imagen, también es
importante el contenido. Las bibliotecas con sus productos y servicios pueden
servirse de este recurso para promocionarse. Diversos estudios neurológicos
explican que el 90% de información que el cerebro procesa proviene de un contenido
visual, por eso cuando te dicen manzana o árbol no se piensa en la palabra
en cuestión, lo que evocamos son los objetos. Te recomiendo
profundizar sobre este estudio y leer este artículo: El
Marketing Visual: ¿por qué es importante?
Las infografías son
recomendadas como recurso de innovación, son canales de consulta con
información precisa que tienen el beneficio de ser compartidos, consultados y
difundidos a través de redes sociales y en un formato diverso.
Uno de los objetivos de
crear una infografía es presentar información de manera didáctica, es
facilitarle la vida al lector aprovechando esta manera introductoria y resumida
para luego profundizar en el tema
tratado.
Vamos con los consejos:
1. Selecciona los datos, los importantes e
interprétalos. Extrae las cifras, las ideas clave. ¿Las tienes?
márcalas, y trabaja los esquemas de toda la vida. Interpretación y
contexto, lo son todo. Recuerda que datos e imagen trabajan conjuntamente de
forma que explican y ayudan a digerir la información.
2. Jerarquiza de un modo coherente la información. Estructura el contenido
de forma que ayude a la lectura.
3. Los colores comunican, ayudan a explicar la historia y construyen
marca.
Tenlos en cuenta porque ayudarán al lector en su recorrido.
4. Sé creativo o alíate con uno. Ayuda a digerir los
datos con imágenes e iconos que contextualicen y expliquen por sí solas la
realidad que encierra esos datos. Aquí entran en juego los diseñadores.
5. Aviso a navegantes: los infográficos no obran milagros, son el
formato de presentación pero necesitan de información relevante y rigurosa para
generar interés.